Francisco Altemir, Attac Madrid Este es el título del libro de Christian Felber, fundador de Attac Austria, que supone un cambio de paradigma del modelo económico y político actual proponiendo un camino para llegar a la Democracia Real o Participativa y a una Economía al servicio del hombre. En este breve artículo quiero resaltar que […]
Francisco Altemir, Attac Madrid
Este es el título del libro de Christian Felber, fundador de Attac Austria, que supone un cambio de paradigma del modelo económico y político actual proponiendo un camino para llegar a la Democracia Real o Participativa y a una Economía al servicio del hombre.
En este breve artículo quiero resaltar que este cambio da lugar a un humanismo nuevo perseguido ansiosamente y consciente o inconscientemente por todos los hombres.
Es de señalar que la Utopía de Felber está al alcance de nuestras manos, aunque a Felber no le gusta el término, lo entiendo por el sentido peyorativo que le han dado los mandamases del Universo para desacreditar el lenguaje que pueda resultarles molesto. UTOPÍA significa la DENUNCIA de una realidad actual INJUSTA y concreta y el ANUNCIO de una realidad futura JUSTA y concreta QUE SUSTITUYA a la primera. Para conseguir esta última se necesita la ACCIÓN POLÍTICA adecuada. Mientras no se pase del anuncio los mandamases ríense complacidos y satisfechos. ¡Eso es una utopía! ¡Sois unos ilusos! Sentencian ufanos con ese desprecio que sirve para descalificar y menospreciar, con ese tono y lenguaje que tan bien dominan.
Algunos políticos también han degradado una palabra EFICIENCIA, tanto por la falsedad del significado empleado como por su constante repetición.
ECONOMÍA EFICIENTE supone tanto la BONDAD de los FINES que persigue como la de los MEDIOS empleados para conseguirlos. La ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN ES EFICIENTE.
Por el contrario la economía normal, tal como se entiende, no entra a valorar la bondad o maldad de los fines, únicamente se preocupa de utilizar los medios mejores y más apropiados para conseguirlos con el máximo beneficio y con el menor coste. Esto es lo que normalmente persiguen las empresas. No se cuestionaba la bondad o maldad de la fabricación de minas antipersona o de bombas racimo, lo importante era fabricarlas y venderlas con el máximo lucro.
Fabricar teléfonos móviles o fabricar prendas de ropa no son malos per se, si se tiene en cuenta que se emplean niños para la extracción del COLTAN para los primeros o se emplea mano de obra infantil de otros países para la confección de la ropa, nos encontramos que son empresas INEFICIENTES y que no tienen en cuenta EL BIEN COMÚN.
La Economía del Bien Común, tal como la propone Christian Felber es una ECONOMÍA EFICIENTE.
La historia de Europa es una historia de conquistas, empezando por las Cruzadas, explotación, fuerza, colonialismo, sometimiento, empleo de esclavos y tráfico de los mismos. Creo que NUNCA se ha buscado colectivamente el BIEN COMÚN. Creo que ha llegado el momento de que empecemos a pensar y planear PONER MANOS A LA OBRA.
APRIORISMOS TEÓRICOS, NO
Felber no parte de un apriorismo teórico y abstracto que le sirva de base para desarrollar toda una teoría. Parte de realidades concretas que todos conocemos pero que NO VEMOS. Pensamos que es una cosa LOCAL y no se nos ocurre que se PUEDA EXTENDER GLOBALMENTE, ese es el mérito de Felber. España ha sido pionera en el cooperativismo con la COOPERATIVA DE MONDRAGÓN fundada, no llega a 70 años, por un joven sacerdote vasco. En la actualidad da trabajo, según Felber, a 95.000 empleados, con un 83% de cooperativistas, cuenta con 256 empresas en 19 países, todos los cooperativistas un voto. Se ha sustituido la competitividad interna por la cooperación, las NECESIDADES REALES DEL HOMBRE, por las artificiales porque en el centro de la ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN ESTÁ EL HOMBRE. Ese hombre LIBERADO de ataduras, visibles e invisibles, que le han ido encadenando durante siglos de mentiras y manipulación. (Leer mi artículo: Attac y la Educación Liberadora de Paolo Freire)
UN HOMBRE NUEVO
Se sustituye la COMPETITIVIDAD por la COOPERACIÓN. La primera lleva implícita en su se seno el concepto de guerra, “homo hominis lupus”, la lucha por la vida, vencedores y vencidos, jerarquías, organigramas, niveles, escalafones, grados, distinciones… Lenguaje que hemos aceptado acríticamente sin profundizar en lo que significa y conlleva. Es una cultura que lleva en su esencia el concepto de DESIGUALDAD, que se traduce en desigualdades de sueldos. TANTO GANAS, TANTO ERES.
Lo verdaderamente importante es el dinero, el TENER son los valores dominantes, con desprecio de los valores superiores que apetece el SER. “Significa que lo deseo todo para mí; que poseer y no compartir me da placer; que debo ser avaro, porque mi meta es tener, y que más soy cuanto más tengo; que debo sentir antagonismo a todos mis semejantes: a mis clientes a los que deseo engañar, a mis competidores a los que deseo destruir, a mis obreros a los que deseo explotar. Nunca puedo quedar satisfecho, porque mis deseos no tienen límite; debo envidiar a los que tienen más y temer a los que tienen menos; pero debo reprimir estos sentimientos para presentarme (ante los otros y ante mí mismo) como el individuo sonriente, sincero, amable, que todos simulan ser.” (Tener o ser, por Erich Fromm, 1976, citado por Felber en la bibliografía).
Lo importante es aparentar y preservar la IMAGEN que queremos que vean los demás.
Cuando empecé a trabajar en 1962 el sueldo mayor era 30 veces superior al sueldo medio de los empleados. En 2000, año de mi jubilación era de 250 veces, en la actualidad, señala Felber, el ejecutivo mejor pagado en EE UU gana 350.000 veces el salario mínimo legal. Hasta un pueblo de demonios no olvidaría la afirmación de una persona, tan poco sospechosa para el neoliberalimo económico actual, como era Adam Smith (profesor de Filosofía Moral): “No puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados”. Se puede decir que la DESIGUALDAD es la causa mayor de infelicidad. La desigualdad es producto de la INJUSTICIA, lo inverso también es cierto.
Son muy ilustrativas las consideraciones que hace Alexis de Tocqueville en el volumen 2º de su Democracia en América (1840). El título del Capítulo VIII: “Cómo la igualdad suscita en los americanos la idea de la perfectibilidad indefinida del hombre” En él afirma: “[…] Cuando los ciudadanos están clasificados de acuerdo con su rango, profesión y nacimiento, y se ven forzados a seguir el camino en cuya salida les ha colocado la fortuna, cada uno cree estar cerca de los últimos límites de la potencialidad humana, y nadie intenta luchar contra un destino inevitable.
Que se haya degradado ese amor primigenio por la IGUALDAD a la DESIGUALDAD actual es algo digno de estudio y reflexión.
El HOMBRE NUEVO debe sentir PASIÓN por la IGUALDAD y por los valores del SER.
Felber propone llegar a esta meta mediante la PRÁCTICA ya experimentada de métodos (del griego methodos, en camino) conocidos.
PSICOLOGÍA HUMANISTA
De las diversas escuelas psicológicas cito a la humanista, nacida en EEUU, como reacción a dos escuelas imperantes en su momento: el conductismo y el psicoanálisis.
El conductismo de Skinner reduce al hombre a un objeto de laboratorio estudiando las respuestas que da a determinados estímulos. El sistema capitalista lo ha utilizado con total descaro y cinismo: “hay que usar el palo y la zanahoria” o “todo hombre tiene un precio”. Se educa a los niños mediante el soborno del premio y el terror al castigo.
La visión que tiene Freud del hombre como un manojo de instintos es negativa y enfermiza, no en vano Freud tenía una visión pesimista y negativa de la humanidad porque se pasaba todas las horas de su vida observando enfermos psíquicos.
Por el contrario el pionero de la psicología humanista, Abraham Maslow, se dedicó a estudiar las condiciones en que se habían desarrollado las personas más fecundas e ilustres de le la Humanidad, las que habían llegado a tener, lo que él llamaba, EXPERIENCIAS CUMBRE, es decir ese tipo de experiencias en las que ha desarrollado todas sus potencialidades y le hace entrar en contacto con una dimensión personal que le hace sentirse más hombre. Es una psicología positiva y optimista pero que necesita que se remueva todo lo que obstaculiza su consecución.
Es muy conocida la Pirámide de Maslow de necesidades humanas: que tiene cinco escalones o niveles:
En el nivel I (inferior) figuran las necesidades fisiológicas como la sed o el hambre. Son inevitables, deben ser satisfechas antes de que la persona se vea motivada para intentar satisfacer las necesidades del siguiente nivel.
En el nivel II se encuentran las necesidades de seguridad, de trabajo, del techo o vivienda que proteja. El futuro es eminentemente: inseguridad, temor a la enfermedad, a la vejez…
En el Nivel III se encuentra la aceptación por parte de los demás, de sentirse miembro de un grupo.
En el nivel IV coloca las necesidades de estima propia o de ser apreciado por los demás por lo que hace.
Finalmente coloca en el nivel V las necesidades de creación propia, de autorrealización.
En la ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN se tienen en cuenta esas necesidades esenciales de cada hombre y SU IGUALDAD PRIMIGENIA.
APRENDER DE FRACASOS ANTERIORES
La Revolución Francesa con sus grandes ideales de LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD no llegó a cuajar por un efecto mimético que describe muy bien Emmanuel Mounier (Manifiesto al servicio del personalimo, 1936) al imitar el pequeño burgués que nace de la Revolución al gran burgués acomodado: “[…] La consideración es la suprema aspiración social del espíritu burgués; cuando ya no encuentra gozo en su confort, encuentra al menos una vanidad en la reputación que posee con él. […] Entre este espíritu burgués, satisfecho de su seguridad y el espíritu pequeño burgués, inquieto por alcanzarla, no existe diferencia alguna de naturaleza, sino únicamente de grado y de medios. Los valores del pequeño burgués son los del rico, encanijados por la indigencia y la envidia.”
Para superarlo Mounier: Subordina la economía al servicio a la persona. Parte de una ética de las necesidades. El trabajo tiene primacía sobre el capital. El trabajo no es una mercancía. Primacía del servicio social sobre la ganancia…
Se anticipa a Felber en su teoría, pero el colapso mundial enterró su manifiesto.
La Revolución Francesa puso el acento solamente en la Libertad, la Rusa lo puso en la Igualdad, y fracasó. Mi formación matemática y de ingeniero me hacen concebir los tres conceptos como los lados de un triángulo equilátero en cuyo centro está el HOMBRE.
Felber tiene la ventaja de que vivimos en un mundo muy escarmentado y sin fronteras para las ideas y los conocimientos, que parte de experiencias vividas y sabe que no hay camino, que se hace camino al andar. Un camino que recorreremos millones de personas juntos, cada una con su propia voz y experiencia. Que el “boca a boca” circulará imparable por el ciberespacio.
Que esto no hay quien lo pare porque hay un 15M en cada barrio, en cada esquina y en cada plaza en las que se debatirán sus ideas y se aplicarán a casos concretos.
Madrid, 4-7-2012
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